El mundo se está dando cuenta de la vergonzosa traición del Gobierno Conservador de Canadá, al que se le ha dado una reputación de país justo, que trabaja en el escenario mundial para mejorar la suerte de los desfavorecidos y la lucha contra el sufrimiento. En la Revisión Periódica que hace la ONU de los Derechos Humanos, Canadá ha sido criticada hasta tal punto que el Consejo decidió enviar a una Relatora Especial sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, a representantes del Comité para Eliminar la Discriminación contra la Mujer y a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para realizar una investigación.

-El portavoz del Ministro de Asuntos Exteriores, Joseph Lavoie, rechazó las acusaciones en base a:

-En China hay una discriminación racial generalizada.

-En Irán se produce explotación sexual infantil y trata de personas, con desigual acceso al derecho a la alimentación,, discriminación contra los pueblos indígenas y grupos minoritarios, incluidas las comunidades musulmanas, tanta árabes como africanas.

-En Egipto se produce discriminación racial en las acciones de la policía.

-En Cuba hay racismo y xenofobia.

Insiste en que “Canadá siempre ha tenido un largo historial en defensa de los Derechos Humanos, tanto en el país como en el resto del mundo”.

Estas visitas se producen en un mal momento para los Conservadores, ya que actualmente se encuentran en plena demostración pública de discriminación de los musulmanes como parte de una campaña a favor de la “Ley de lucha contra el terrorismo” (Bill S-7), que da poderes extraordinarios al Estado para detener a sospechosos, aunque sea sin cargos, y sin protección legal, por un período máximo de un año.

Este lamentable estado de la vida política canadiense es el fruto de la servil obediencia de los Conservadores a todos los caprichos de los Estados Unidos, abandonando cualquier pretensión de un política exterior independiente, por lo que todas las decisiones las toman previa consulta con los asesores israelíes, en función del acuerdo firmado en 2008 entre Canadá e Israel “ para proteger a la población de ambos países, los bienes, los intereses y defenderse de la amenazas comunes”. Los agentes de seguridad israelíes ya ayudan oficialmente a los servicios de seguridad de Canadá, RCMP y CSIC, vigilando a los ciudadanos canadienses que son musulmanes y a las personas y organizaciones que apoyan los derechos de los palestinos y otras actividades. Incluso la tímida ONU ha mostrado su estupor.

Las últimas dos semanas se ha presentado un espectáculo público que bien podría titularse Alicia en el País de las Perversas Maravillas. Dicen haber descubierto un plan cobarde de los inadaptados (furriners en inglés) musulmanes, que pretendían utilizar armas de destrucción masiva. Pero curiosamente, esto se produjo apenas una semana después de la explosión de los dos bombas en el maratón de Boston. Ambos incidentes fueron presentados al público crédulo como la lucha “del bien contra el mal”, aunque ninguno de los dos esté claro.

Las autoridades canadienses se jactaron en la tarde del lunes de haber trabajado conjuntamente con el FBI y otras agencias de seguridad nacional de los Estados Unidos para contrarrestar una conspiración terrorista de una “célula de Al Qaeda procedente de Irán”. El anuncio, realizado en un conferencia de prensa, salió de la nada, apenas poco después de los bombas de Boston, y unos días después de que la Cámara de los Comunes haya decidido debatir una legislación antiterrorista de características draconianas.

En el momento adecuado, el Embajador de Estados Unidos en Canadá, David Jacobson, elogió la acción como “el resultado de una amplia cooperación transfronteriza para enfrentarnos a amenazas reales y graves”. Los hombres fueron arrestados al estilo de Hollywood: Chiheb Esseghier, mientras comía en un McDonalds de la Estación principal de Montreal; Raed Jason, fue rodeado por decenas de policías armados con fusiles y perros rastreadores en su lugar de trabajo en el barrio North York de Toronto. Fueron acusados de conspiración por intentar perpetrar un atentado en un tren que hace el recorrido a Nueva York. Aunque la RCMP admitió que no había una amenaza inminente de un ataque o incluso de un plan definido, y que Esseghaier y Jaser habían estado bajo control policial desde el pasado mes de agosto y que sus presuntos delitos se remontan al año pasado.

El motivo de esta tardía y repentina detención está motivada seguramente por el Proyecto de Ley conocido como S-7, un proyecto de ley a que se ha visto forzado Canadá tras la situación posterior a los sucesos del 11 de septiembre de 2001, pero que no pudo ser renovado en 2007 debido a la oposición liberal ( que en principio dejó pasar, pero que luego encontró motivos para oponerse a ella). El Gobierno Conservador la llevó rápidamente a la Cámara de los Comunes cuando las autoridades estadounidenses decretaron la ley marcial en Boston. Los arrestos canadienses a imitación de aquellos es un pretexto para aprobar la ley Bill S-7, y decir además que “Todos somos estadounidenses”.

Este episodio nos recuerda aquel otro del 2006, cuando la Policía Montada organizó un dramático arresto de 18 jóvenes musulmanes, a los que acusaba de preparar ataques terroristas, incluyendo la destrucción de los edificios del Parlamento. Durante el juicio se supo que el grupo “Toronto 18” estaba lleno de policías que proporcionaban instrucción en un “campo de entrenamiento de terroristas”, mientras que suministraban ingredientes para la fabricación de bombas inofensivas. Sin embargo, once de ellos fueron condenados y la mayoría cumplen largas penas en prisión.

Cuando Esseghaier, un estudiante tunecino que se doctoraba en nanotecnología en Montreal, dijo al juez que “se está llegando a conclusiones en base a hechos que no son más que palabras y apariencias”, se le dijo se callara y la audiencia finalizó. El abogado de Jaser, John Norris, dijo que su cliente estaba en “estado de shock y de incredulidad” y que “tiene la intención de defenderse con vigor”. Norris mostró su indignación por querer presentar a su cliente como no canadiense, y señaló que el refugiado palestino ha vivido con su familia en Canadá durante los últimos veinte años.

¿ Es posible que los miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU al leer la noticia se horroricen y estén realmente preocupados por lo que está pasando con los Derechos Humanos en Canadá?

La situación de los canadienses es mala, pero esta reciente orquestación de islamofobia tiene otro punto de vista: la afirmación de la RCMP de que estos malditos furriners ( traducido como inadaptados) actuaron bajo la “dirección y orientación” de los “elementos de Al Qaeda de Irán” es una mentira descarada, siendo quizás Irán uno de los países más anti Al Qaeda del mundo. Los fundamentalistas sunitas de Al Qaeda se regodean con la muerte de los chiítas, con el apoyo de los Estados Unidos y con financiación de los ricos aliados saudíes de Canadá. O sea, que no solamente se detraen derechos a los canadienses, sino que se propicia una guerra contra Irán.

La RCMP admitió que no tenía evidencias de la participación del Gobierno iraní, pero aún así... (codazo, codazo, guiño, guiño). Cuando Canadá rompió relaciones diplomáticas con Teherán el pasado otoño, el Ministro de Asuntos Exteriores, John Baird, calificó a Irán como “la mayor amenaza para la paz mundial y la seguridad en el mundo de hoy”. El portavoz iraní de la Cancillería, Ramin Mahmanparast, señaló la hipocresía y el cinismo del Gobierno de Canadá al respaldar la campaña para derrocar al Gobierno sirio, algunos de cuyos integrantes de la oposición están alineados abiertamente con Al Qaeda: “Al igual que Al Qaeda mata a personas en Siria, contando con el apoyo de Canadá”.

¿Y el último éxito de América 11 del 9? Tamerlan Tsarnaev estaba bajo vigilancia desde hacía cuatro años por parte del FBI, solicitando por parte del Gobierno ruso su arresto en 2010 ( pero no lo hicieron). Admiten que lo interrogaron en 2011 y rastrearon sus archivos informáticos, pero sorprendentemente para alguien que se muestra muy radicalizado en Internet, no encontraron nada de interés. No está claro por qué Rusia le permitió visitar a sus padres en la cuna del terrorismo (Daguestán) en Rusia en 2012, donde supuestamente recibió algún tipo de entrenamiento o de adoctrinamiento islamista. Ni cómo se las arregló para asistir a un taller en Georgia organizado por “Fondo del Cáucaso”, que trabaja con el centro de estudias de la Fundación Jamestown de los Estados Unidos, centrada en la desestabilización de la región del Cáucaso.

¿Estaban dormidos tanto el FBI como el FSB ruso? ¿Era Tamerlan un agente operativo del FBI? ¿Estaba encargado de organizar el atentado o se fue sin permiso del FBI? ¿ En esta conexión chechena hay un intento de asustar a Rusia para que consienta los planes de Estados Unidos e Israel hacia Siria? Este escenario (oficial) es imposible en el mundo real, dice el ex embajador del Reino Unido Craig Murray. En una entrevista publicada en Actualidad de Rusia, la madre de Tamerlan dijo: “Desde que se establecieron, el FBI les estuvo siguiendo durante años”. ¿Se trata de una intriga, para asuntar a Rusia e Irán y abandonen a un asediado Gobierno sirio, en la que se debe basar los derechos humanos en Canadá y guiar su política exterior? ¿Por qué debemos confiar en el Embajador Jacobson sobre las famosas amenazas?

Los canadienses quieren demostrar que están haciendo algo, un intento cobarde por parte del Gobierno para aprobar una ley desmedida para quitar libertades, y dirigir su política exterior en la línea de la obsesión de Estados Unidos e Israel por provocar una chispa que incendie la locura de guerra y atacar Irán. El pretexto del programa nuclear de Irán parece después de todo que no es suficiente. Peter Osborne en The Telegraph explicaba cómo Occidente ha rechazado una oferta seria por parte de Irán y argumenta que es la intransigencia occidental y no la iraní la que impide un acuerdo. Así que nadie se cree el grito de ¡Lobo!. La mejor opción es echar la culpa a Al Qaeda. ¡Demonios, ya Bush se salió con la suya en la guerra contra Irak en 2003 apelando a esto mismo!

Irán sólo representa una amenaza ideológica... Concluye Osborne: “A Estados Unidos y sus clientes europeos están movidos por otros deseos: la humillación y eventual derrota del régimen islámico de Irán”.

En cuanto a morir en un atentado terrorista, las probabilidades son de 1 entre 20 millones, mientras que cada año mueren 4600 estadounidenses en accidentes de trabajo, y más de 30.000 mueren por violencia armada. Cada 28 horas una persona de raza negra es asesinada por la policía, guardas de seguridad o vigilantes. El mismo día de los atentados de Boston, seis paquistaníes murieron en un ataque aéreo, mientras que otros murieron en un atentado con coche bomba en Irak. Ni siquiera voy a relatar los múltiples horrores infligidos por los Estados Unidos en Afganistán.

No es que estos últimos crímenes contra la humanidad cometidos por nosotros, justifiquen la violencia retributiva por parte de cualquier religión, especialmente del Islam. “No traicionar, no engañar, no mutilar, no matar a los niños”. Pero lo cierto es que a los Occidentales sólo les preocupa la prevención de las muertes sin sentido en su casa, pero no son conscientes de los asesinatos cometidos diariamente en nuestro nombre en el exterior, lo cual no es un buen augurio para el futuro. Sólo cuando dejemos de perpetrar actos de violencia, la violencia contra nosotros también cesará.

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http://www.presstv.ir/detail/2013/04/28/300628/canadas-slavish-obedience-to-us-israel/

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Canadian Eric Walberg is known worldwide as a journalist specializing in the Middle East, Central Asia and Russia. A graduate of University of Toronto and Cambridge in economics, he has been writing on East-West relations since the 1980s.

He has lived in both the Soviet Union and Russia, and then Uzbekistan, as a UN adviser, writer, translator and lecturer. Presently a writer for the foremost Cairo newspaper, Al Ahram, he is also a regular contributor to Counterpunch, Dissident Voice, Global Research, Al-Jazeerah and Turkish Weekly, and is a commentator on Voice of the Cape radio.

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